lunes, 15 de agosto de 2011

Los cambios.


Cuando pienso en como ha ido cambiando mi vida desde el dia en que decidimos buscar a Milo me asombro, ha sido tanto camino recorrido, tantas cosas vividas y tanto aprendido. Antes de siquiera pensar en concebir un bebe, mi vida transcurria en una oficina trabajando 10 hs por dia, llegando a casa, preparando la cena, dormir y al dia siguiente la misma rutina, no era algo que me molestara, la pasaba bien, tenia un buen sueldo, los fines de semana alguna salida en pareja o con amigos y todo transcurria asi, normal, por lo menos lo era para ese momento.
Un dia empece a leer sobre parto en agua, no se porque se me ocurrio, talvez lo escuche de algun lado, me entro curiosidad, todavia no estaba en planes buscar un bebe. Mi necesidad estaba mas bien centrada en una forma de parir que no incluyera el dolor, pensaba en que el dia que nos decidieramos tenia que evitar el dolor como sea, le tenia un miedo increible, todas mis amigas que habian tenido hijos hablaban de goteo, de la episiotomia, del rasurado y el enema y a mi la verdad todo eso me daba terror, sentia que era terrible que todo un proceso de parto estuviera centrado en el dolor y no en la maravillosa experiencia de parir a tu hijo. Necesitaba encontrar algo diferente, otras opciones, otras miradas. Busque, investigue, lei, no tenia ni contactos, ni amigas que en algun momento de su vida se hubieran planteado algo asi, con lo cual me sentia sola. Cuando empezamos la busqueda de Milo yo ya tenia muy claro lo que queria, como queria que fuera mi embarazo, mi parto y en lo posible la crianza de mi niño. Queria que los dos fuesemos protagonistas, desde el primer momento. Lo logramos? creo que si, pari en una institucion poco respetada pero hice todo mi trabajo de parto muy contenida, rodeada de gente hermosa, comiendo y bebiendo lo que yo quisiera. El dolor? si estuvo ahi pero yo lo controlaba porque era un dolor natural, perfecto, iba y venia, habia momentos en que me dormia entre contracciones, sensaciones que jamas hubiese creido posibles. Sentia ganas de llorar por momentos pero no de dolor, de emocion, me abrazaba a mi marido y sentia que el cielo estaba cerca. Ojala ninguna mujer se perdiera algo asi, fue maravilloso. Lo volveria a repetir sin dudar, volveria a intentar un parto en casa, mi embarazo fue perfectamente normal, asi que no habia ninguna contraindicacion para intentarlo. Y mi vida siguio cambiando, no sabia que era la lactancia, aunque lei, aprendi de dar la teta el mismo instante que Milo se prendio de ella y no la solto mas.
Si segui trabajando? un poco, mi idea antes de todo esto era que a mi hijo lo cuidaria mi suegra, mi mama o una guarderia, el dia que supe que estaba en mi panza dije a mi niño lo crio yo, elegi tener un hijo y al mismo tiempo elegi que trabajaria menos horas, con menos sueldo, eso no importaba, el protagonista ahora era el, y tambien yo porque maternar me hace sentir una mujer plena. Las poquitas horas que Milo estaba en la guarderia, porque no tuve otra opcion, eran eternas, gracias a un sacaleches, el tenia mi leche disponible las horas que no estaba conmigo. Eso duro dos meses, hace ya varios que la empresa donde trabajaba cerro y yo comparto las 24
hs con mi hijo, fue dificil al principio, sigue siendo dificil por momentos pero la satisfaccion que siento viendolo crecer cada minuto no lo cambio por nada.

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